Tettamanti estima la licitación de transmisión de AMBA I para el primer cuatrimestre de 2026

La Secretaría de Energía de Argentina avanza en el pliego de licitación del proyecto AMBA I, la primera gran obra de transmisión eléctrica que será ejecutada bajo un nuevo esquema de concesión al sector privado, sin financiamiento estatal.

“Esperamos lanzar la licitación durante el primer cuatrimestre del año próximo”, anticipó la secretaria de Energía de la Nación, María Tettamanti, en diálogo con Energía Estratégica durante un evento organizado por la Cámara de Generadores y Cadena de Valor de las Energías Renovables (CEA).

La obra forma parte de un ambicioso paquete de inversiones que redefinirán la infraestructura energética del país. AMBA I contempla más de 500 kilómetros de líneas de alta tensión, que reforzarán la capacidad de abastecimiento del Área Metropolitana de Buenos Aires, donde se concentra cerca del 40% de la demanda eléctrica nacional.

“Todavía no hicimos evaluaciones sobre cuánto costará la obra”, señaló Tettamanti. No obstante, la funcionaria asegura que será financiada en su totalidad por el sector privado, como parte del nuevo modelo de concesión.

A diferencia de esquemas anteriores, el régimen actual traslada la inversión, construcción, operación y mantenimiento de las obras al capital privado. En este sentido, no se destinarán recursos públicos al desarrollo de los proyectos, y el retorno económico se realizará vía tarifa.

El oferente que se adjudique el proyecto recuperará su inversión únicamente una vez que la obra esté concluida y operativa. A partir de allí, se prevé un ingreso tarifario proveniente de los usuarios del Mercado Eléctrico Mayorista (MEM) que se beneficien con la nueva infraestructura.

Además, una vez vencido el período de operación y mantenimiento, se proyecta que el concesionario transfiera las instalaciones al Estado Nacional a valor cero, y su administración podrá ser reasignada al transportista correspondiente.

“Estamos trabajando con apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo para hacer el proceso exitoso. El acompañamiento del BID se concentra especialmente en el diseño de las garantías y en los puntos clave del pliego, con el objetivo que resulte atractivo y fiable para el sector privado”, sostiene Tettamanti, quien remarcó que la prioridad es generar las condiciones adecuadas para que los inversores participen del proceso con previsibilidad.

“Los organismos internacionales podrían apoyar con las garantías, ver cuáles son necesarias”, planteó la secretaria de Energía, dando cuenta de la articulación con entidades que ya tienen experiencia en proyectos de infraestructura energética a gran escala.

“Se están diseñando todos los instrumentos necesarios para que el sector privado vea fiable el pliego”, asegura Tettamanti, quien remarcó que la prioridad es generar las condiciones adecuadas para que los inversores participen del proceso con previsibilidad.

Obras estratégicas en marcha

La apertura de esta primera licitación en el marco del nuevo régimen marcará un hito en la historia reciente de la infraestructura eléctrica argentina, que hasta ahora dependía casi exclusivamente de fondos estatales o multilaterales para su expansión.

Con AMBA I como punta de lanza, el Gobierno apunta a abrir una etapa de modernización de la red de transmisión, con actores privados al frente de los proyectos y el foco puesto en mejorar la confiabilidad del sistema y habilitar mayor generación renovable.

¿Por qué? AMBA I es una de las tres obras seleccionadas por la cartera energética a mediados de 2025 como parte del plan de licitaciones para concesión privada. Las otras dos son:

La línea 500 kV Río Diamante – Charlone – O’Higgins, que permitirá evacuar generación renovable desde la región de Cuyo y parte de la generación de COMAHUE; y la línea 500 kV Puerto Madryn – Choele Choel – Bahía Blanca, que mejorará la integración de la Patagonia al sistema troncal.

Estas iniciativas forman parte del megaplan de 16 obras prioritarias, que implican más de 5600 kilómetros de líneas en 132 y 500 kV, diseñadas para aliviar cuellos de botella, evitar cortes y robustecer el Sistema Argentino de Interconexión (SADI).

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